Dicen que nadie llega a tu vida por casualidad. Esta frase tiene tanto sentido cuando concientizamos que todas las relaciones de pareja "cisgénero" o "transgénero", de igual forma nos llevan a experimentar una montaña rusa de emociones, que nos recuerda constantemente que nadie está exento de vivir inseguridades y miedos.

Iniciar una relación conlleva a mirarse a uno mismo, observarnos constantemente, porque te obliga a entrar a tu historia, tu pasado.

Este articulo lo quiero dedicar una comunidad en especial, los hombres transgénero, los nuevos hombres trans.  Detente un momento y pregúntate:

¿Qué crees que te hace único y especial? ¿Qué deseas que vieran en ti?

Desde mi punto de vista, la realidad es que el amor es amor, no tiene género, ni identidad, no hay edad límite, no hay estatus. Lo que hoy deseo es que te mires a ti, cualquier juicio que hayas hecho de ti, ha sido influenciado por una sociedad, religión, educación familiar y creencias, que nada tiene que ver con el otro, todo viene de adentro, de la percepción que tenemos de uno mismo, por lo que dijeron que tenías y debías ser.

La propuesta es observarte y reconocerte, no por lo que no tienes o lo que no eres, sino por lo que hoy en tu presente eres y estas trabajando en ti para ser.

Los procesos llevan tiempo y reconstrucción, hasta que no te mires a ti, buscaras ese reconocimiento afuera.

El verdadero amor primero eres tú, aprender a amar tu cuerpo, tu historia, quien eres en esencia, reconocer tus valores y virtudes, enamorarse de uno mismo es un verdadero arte, desarrollar tu propia resiliencia que es la capacidad de salir y resignicar los eventos dolorosos.

Recuerda que todo lo que tu creas es lo que proyectaras afuera. El verdadero amor esta en caminar junto a tus sombras, tus miedos, tus inseguridades y tu dualidad que es perfecta. Este proceso no tienes que atravesarlo solo, siempre habrá una posibilidad de encontrar apoyo terapéutico, recuerda que nadie te va dar el valor y el lugar que deseas y mereces, sino te lo das tu primero.